
¿Es una amenaza la inteligencia artificial?
Hoy en día la inteligencia artificial desempeña un papel muy importante en nuestra sociedad; busca emular el comportamiento humano, incluyendo la capacidad de aprender y resolver tareas complejas. Esta nueva realidad trae grandes consecuencias que transforman nuestras sociedades y desafía lo que significa ser humano.
Puede dar apoyo a estudiantes, cubrir puestos de trabajo, mejorar la atención médica, garantizar una mayor seguridad en los puestos de trabajo… pero también genera riesgos y desafíos derivados del uso malicioso de la tecnología o la profundización de las desigualdades.
Los resultados de esta tecnología dependen de su uso y de los datos utilizados. Existe la posibilidad de sesgar tanto el diseño como los datos. Utilizar por ejemplo números para representar una realidad social compleja podría hacer que la inteligencia artificial parezca objetiva y precisa cuando no lo es (lo que se conoce como “mathwashing”).
Otro de los peligros de la inteligencia artificial es utilizarla para tomar decisiones influenciadas por etnia, sexo o edad, incluidos en los datos al contratar, despedir y ofrecer préstamos. También puede usarse para crear vídeos, audios o imágenes falsas pero realistas conocidos como “deepfakes” o “ultrafalsos” lo que puede implicar riesgos financieros, daños en la reputación y problemas en las tomas de decisiones.
Al mismo tiempo supone riesgos para la privacidad y la protección de datos, ya que puede utilizarse en equipos de reconocimiento facial, para el seguimiento en línea y para la creación de perfiles de personas. Por último, la libertad de reunión y protesta también podría verse amenazada por la inteligencia artificial ya que podría rastrear y controlar a las personas vinculadas a ciertas creencias o acciones.
Como podemos ver, en todos estos riesgos el denominador común son las personas, el uso que decidimos hacer de la inteligencia artificial; razón por la que cada vez es más importante una regulación de esta tecnología para que todos los beneficios y aspectos positivos no se queden a la sombra por malos usos. Aun así, surgen preocupaciones sobre cómo se puede garantizar un uso responsable de la inteligencia artificial, sin comprometer nuestra ética y valores fundamentales, lo que ha hecho que se estén desarrollando marcos éticos que establezcan los principios y valores que deben guiar su diseño e implementación.
En conclusión, en un mundo cada vez más digitalizado, la ética en el uso de esta tecnología artificial se convierte en una prioridad para garantizar la transparencia, la privacidad, la seguridad y la confianza en los canales digitales. Y tú, ¿utilizas el chat gtp de inteligencia artificial?
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