PARAR PARA PENSAR

Ante esta situación que estamos viviendo estos días a nivel mundial, en Momik queremos daros nuestra opinión y reflexión al respecto.
Si nos paramos a pensar, hasta ahora parece ser que en la especie humana todo gira en torno al yo: mis preocupaciones, mis tareas, mis asuntos… olvidándonos del nosotros/as en conjunto, olvidando de que todo/as y cada uno/a de nosotro/as formamos parte de un conjunto llamado planeta Tierra, y al que además estamos causándole la mayor crisis medioambiental de la historia. Sin pararnos ni un segundo a pensar en ello, seguimos produciendo, seguimos consumiendo, seguimos contaminando el planeta a pasos agigantados y seguimos mirando hacia otro lado, como si todo esto no tuviese que ver “conmigo”. Este yo es el que no nos interesa, porque como justificación ya tenemos el echar las culpas al de al lado, al que tiene una empresa grande y contamina “mucho más que yo”. Pero lo cierto es que estamos muy equivocados en nuestra forma de pensar. Desde la más mínima acción se pueden conseguir cosas muy grandes.
Como bien dice el psicólogo F.Morelli, parece que solo cuando llega algo inesperado (como la llegada del Coronavirus) y sin una solución aparente, nos echamos las manos a la cabeza y nos paramos a pensar. No somos mucho del “antes prevenir que curar”, a pesar de que todos hayamos utilizado este dicho alguna vez, como una forma de “autoconvencernos” pero que ciertamente no lo llevamos a la práctica, porque para eso: “ya está el de al lado que yo sigo con mis tareas”.
A pesar de todo, esta situación que estamos viviendo estos días en nuestras casas, nosotras la entendemos como una oportunidad. Sí, una oportunidad para parar, mirar nuestro alrededor, reflexionar, valorar todo aquello que no valoramos cuando no paramos, experimentar… También tenemos que comprender está situación como una responsabilidad de bien común, un valor que llevamos defendiendo en Momik desde que comenzamos. Ya que somos firmemente creyentes del “Lo que yo hago afecta”, y por eso fomentamos la propia responsabilidad y la ajena.
También somos conscientes de que esta situación de estar en casa puede resultar un tanto agobiante. Sin embargo, este pensamiento agobiante no es más que lo que nos decimos a nosotros mismos, fruto de una acción que creemos que solo nos puede acarrear cosas negativas. Como explica Rafael Santandreu en su libro “el arte de no amargarse la vida” lo que nos afecta no es lo que nos sucede, si no lo que nos decimos acerca de ello. Por lo que, la clave está en cambiar nuestra forma de pensar y darle la vuelta a una situación que creemos que es negativa.
Reflexionar sobre las cosas que podemos hacer cuando paramos un poco.